Monumento al Rehalero

monumento al rehalero 2

Almadén de la Plata es un municipio con una amplia tradición cinegética. La cercana finca pública de Las Navas – Berrocal y otros cotos de caza repartidos por todo el término municipal y colindantes, ha hecho que surjan buenos aficionados a la caza y la cría de perros para rehalas. El culmen de esta afición era la concentración de rehalas durante muestras cinegéticas que se realizaban en el pasado y es posible que vuelvan estas jornadas de convivencias de aficionados a la caza.

Sin los rehaleros o perreros el método de caza basado en la montería no sería posible. Las especies cinegéticas son movidos de sus escondites y conducidas a los puestos por los perros y éstos son conducidos por los rehaleros.

La época de caza va desde octubre a febrero, el resto del año los perros son cuidados por los rehaleros, que diariamente les aportan agua y comida, así como mantener las instalaciones limpias y desafectadas. Si disponen de zona de campeo, los perros se sueltan de sus amarres y “estiran” las patas. La alimentación ha de ser equilibrada para que los canes no cojan kilos, además deben tener revisiones veterinarias y cumplir con un calendario de vacunación.

El binomio rehalero-perros representa una relación de confianza mutua, en el que uno cuida al otro y al revés. En numerosas situaciones los perros han impedido que sus realeros resulten heridos en los lances de caza.

Si algún perro se despista y no acude al lugar de recogida, el rehalero lo llama con la caracola y no abandona la finca hasta que no lo recoja. En caso de no aparecer hay que volver el día siguiente. En ocasiones los rehaleros dejan una prenda suya para que los perros identifiquen el olor y permanezcan en el sitio hasta que sea recogido. La colaboración entre rehaleros también es conocida, si hay un perro y no está su dueño se recoge y se le entrega.